Exploración en tierras solidarias

Belice

(2018)

Contexto

Belice es un pequeño país centroamericano enclavado entre México y Guatemala que declaró su independencia en 1981. Su pequeña población (340.000 habitantes) está formada por varias comunidades, pero los mestizos representan casi el 50% de la población.

Aunque el país está experimentando un crecimiento económico positivo, todavía hay altos niveles de pobreza y disparidad de ingresos tanto entre comunidades como entre regiones. Una situación provocada, entre otras cosas, por el crecimiento de la industria turística que se concentra a lo largo de la barrera de coral y sus 127 islas. La tala de árboles, que ha sido durante mucho tiempo la base de la economía beliceña, se ha desarrollado en detrimento de ciertas comunidades, especialmente de los mayas.

Los mayas son una de las comunidades más pobres del país, cuyo territorio y modo de vida están amenazados desde hace tiempo por las empresas petroleras y madereras. En la actualidad, a pesar de los acuerdos con los gobiernos, esta comunidad está luchando para que se reconozcan sus derechos ancestrales. Los garífunas, que fueron el resultado de una mezcla de esclavos africanos fugados y los indígenas del Caribe, también son una comunidad de gran interés. A pesar de una cierta asimilación de su cultura con la de los criollos, han conseguido conservar su tradición, que es una mezcla de cultura africana y caribeña.

Belice tiene una extraordinaria biodiversidad, pero está muy debilitada por la deforestación. La conciencia de esto ha llevado a la creación de muchas áreas protegidas. Esta protección del medio ambiente, combinada con un desarrollo turístico más favorable a la comunidad, podría mejorar las condiciones de vida de las comunidades.

Resultados

  • Belice siempre ha estado por debajo del radar turístico, superado por Costa Rica para los amantes de la naturaleza y México por sus atractivas playas. Sin embargo, el desarrollo de la oferta turística en el interior del país seguramente beneficiaría a las distintas comunidades. Por ejemplo, entrar en contacto con la comunidad maya significa vivir la historia de primera mano con las numerosas ruinas mayas que se pueden encontrar en todo el país. La comunidad garífuna, concentrada principalmente en el centro del país, ha conseguido preservar su lengua, su música y su cultura. No le surprenderá saber que esta comunidad haya sido designada Patrimonio Cultural de la UNESCO. También está el Santuario Comunitario de Mandriles (CBS), gestionado íntegramente por mujeres, que es el resultado de una asociación de más de 200 aldeanos repartidos en 7 pueblos que decidieron ayudar a una población de monos en peligro de extinción estableciendo un territorio protegido de unos 20 mil kilómetros cuadrados. Este proyecto, que es un ejemplo perfecto de la armonía entre los aldeanos y su entorno, ha permitido recuperar la población de monos y permite a los visitantes experimentar la cultura de esta amable comunidad criolla.

 

  • 6 alojamientos / 66 experiencias

 

  • Nueva colaboración con el Community Baboon Sactuary, la asociación de Ecoturismo de Toledo y el National Garifuna Council.

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