Viajar en todo incluido: ¿A qué costo?

Autora : Oranne Davoust

Tiempo de lectura : 6 minutes

Una fórmula atractiva pero controvertida

Las estancias todo incluido, sinónimo de simplicidad y confort, atraen a millones de viajeros cada año. Al ofrecer un paquete todo en uno que incluye transporte, alojamiento, comidas y actividades, permiten viajar sin estrés ni gastos imprevistos. Sin embargo, detrás de esta aparente facilidad se esconden importantes desafíos. Estos complejos hoteleros, a menudo situados en destinos exóticos, plantean interrogantes sobre su impacto ambiental, cultural y económico. Si bien algunos establecimientos adoptan prácticas sostenibles, otros caen en el greenwashing.

 Este artículo explora la historia de los todo incluidos, sus impactos y reflexiones sobre cómo lograr un turismo más ético.

© Unsplash - Brett Campbell

Una historia no tan antigua

La historia del todo incluido comienza en la década de 1950 con Gérard Blitz, fundador del Club Med. Inspirado por una visión utópica y socialista, imaginó estancias donde el dinero y las restricciones desaparecieran en favor de una experiencia comunitaria. Los primeros resorts ofrecían alojamientos básicos (tiendas de campaña en la playa) y una total ausencia de lujo moderno: sin electricidad ni televisores. De esta forma, esta fórmula atrajo a una clientela modesta en busca de escapatoria tras la Segunda Guerra Mundial.

Al mismo tiempo, Billy Butlin popularizó el concepto en el Caribe en 1949 con resorts modernos que ofrecían seguridad y previsibilidad en entornos exóticos. Con rapidez, estos paquetes evolucionaron para satisfacer las crecientes expectativas de los vacacionistas: del «todo incluido básico» (alojamiento y comidas) al «ultra todo incluido» que ofrece spa, excursiones personalizadas y actividades exclusivas.

Hoy en día, estos resorts están dirigidos a todos los presupuestos: desde familias modestas que buscan controlar sus gastos hasta viajeros adinerados en busca de experiencias lujosas.

Las ventajas… ¿pero a qué costo?

El éxito de los todo incluidos radica en su simplicidad y accesibilidad económica. Sin embargo, esta fórmula plantea varios problemas importantes:

Medio ambiente: La construcción masiva de complejos hoteleros conduce a la destrucción de ecosistemas frágiles (manglares, playas). Además, el consumo excesivo de agua y energía en estos resorts afecta los recursos locales ya limitados.

Residuos: La mala gestión de residuos es un problema recurrente. Los envases plásticos, las botellas de agua de plástico y los residuos orgánicos mal reciclados o simplemente no tratados contribuyen a la contaminación de los suelos y los océanos.

Desperdicio de alimentos: Los bufés libres generan un enorme desperdicio de alimentos. Los productos utilizados suelen ser importados o provienen de una agricultura intensiva que no es respetuosa con el medio ambiente.

Cultura local: Las actividades propuestas están estandarizadas para atraer a una clientela internacional. Las interacciones con las poblaciones locales son limitadas, lo que empobrece la experiencia cultural de los turistas y margina las tradiciones locales.

Economía local: Las ganancias regresan principalmente a grandes corporaciones multinacionales basadas en Occidente. Los trabajos creados son a menudo precarios y mal remunerados, mientras que los comercios locales luchan por beneficiarse del flujo turístico.

© Une plage à Punta Cana. Crédit photo : Unsplash - Dustan Woodhouse

¿Turismo sostenible: solución o ilusión?

Ante las crecientes críticas, algunos complejos adoptan prácticas ecológicas para satisfacer la demanda de turismo sostenible:

Gestión ecológica : Uso de energías renovables (paneles solares), recogida de aguas pluviales y reducción del consumo energético.

Eco-construcción : Uso de materiales reciclados para reducir el impacto ambiental durante la construcción.

Apoyo local : Suministro de productos locales para reducir la huella de carbono y apoyar a los agricultores locales.

Actividades inmersivas : Clases de cocina local, talleres artesanales o excursiones que favorecen el intercambio con las comunidades locales.

Sin embargo, estas iniciativas no siempre son sinceras. Algunas empresas practican el greenwashing, exagerando sus esfuerzos ecológicos (como eliminar vasos de plástico o usar luces LED) para atraer a una clientela preocupada por el medio ambiente sin realizar cambios estructurales reales.

 

Viajar de manera diferente: ¿qué alternativas existen?

Para minimizar el impacto negativo ambiental y social de sus viajes, existen varias opciones que puedes considerar. En primer lugar, elige estructuras más pequeñas que favorezcan la economía local, como alojamientos gestionados por los habitantes o certificados por sus prácticas ecológicas (por ejemplo, etiquetas como Green Globe). Esto no solo ayuda a reducir su huella ecológica, sino que también apoya a las comunidades locales al permitirles ser actores del proyecto turístico. Existen diversas certificaciones, como el sello Village Monde, que califica los alojamientos que limitan su impacto ambiental mientras benefician a la economía local.

Para los viajeros que desean ir más allá, opten por una inmersión cultural auténtica participando en actividades organizadas por las poblaciones locales. Esto puede incluir visitas guiadas por los habitantes, talleres artesanales o la exploración de mercados tradicionales. Estas experiencias enriquecedoras permiten comprender mejor la cultura local, evitando las estancias demasiado estandarizadas en resorts desconectados de su entorno. Además, privilegia el consumo local eligiendo restaurantes típicos. Este simple gesto ayuda a dinamizar la economía regional y reducir el transporte de mercancías.

Finalmente, para planificar un viaje respetuoso y bien pensado, puede acudir a una agencia de viajes especializada en turismo sostenible. Estos expertos pueden guiarte hacia itinerarios y actividades que maximicen los beneficios para las comunidades locales mientras minimizan su huella ecológica. También puede contactar al equipo de Village Monde, que puede ayudarle a dar sus primeros pasos en la exploración solidaria.

Aunque los paquetes todo incluido siguen siendo una opción atractiva por su comodidad y su precio competitivo, es importante reflexionar sobre sus impactos sociales y ambientales antes de hacer una reserva. Si bien los resorts todo incluido aún tienen un futuro prometedor, esto no significa que sea imposible influir en los profesionales del turismo hacia un enfoque más sostenible. Viajar de manera responsable no significa renunciar al placer, sino adoptar una aproximación más respetuosa con el mundo que nos rodea.

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