Exploración en tierras solidarias

Madagascar

(2016)

Contexto

Madagascar es una gran isla situada frente a la costa sureste de África. Es uno de los 5 países más pobres del mundo, con el 75% de la población viviendo por debajo del umbral de la pobreza (menos de 1,90$ al día). Su Índice de Desarrollo Humano (IDH), según la definición de la ONU, ocupa el puesto 164de 189 países, lo que muestra las importantes y persistentes deficiencias en materia de escolarización y atención sanitaria. Esta pobreza casi omnipresente y el retraso en el desarrollo están causados en gran parte por las crisis políticas cíclicas relacionadas con la corrupción, la mala gobernanza y la falta de compromiso de los sucesivos gobiernos.

Sin embargo, las frecuentes catástrofes naturales (ciclones e inundaciones) permiten el desarrollo del país. De hecho, la agricultura, actividad muy dependiente de los riesgos climáticos, es el medio de vida de cuatro de cada cinco habitantes, sobre todo el cultivo del arroz, que deja su huella en el paisaje. Madagascar cuenta también con una importante actividad con el ganado de cebú, que no sólo proporciona la principal carne consumida en el país, sino que también alimenta un importante tráfico clandestino, sobre todo en épocas de hambruna.

Sin embargo, Madagascar cuenta con increíbles recursos naturales que podrían reportar importantes ingresos al país, en particular la producción de vainilla, que representa el 85% de la producción mundial, y el potencial de los recursos mineros, especialmente el cobalto y el níquel, que se estima en 800.000 millones de dólares en total. Estos inmensos recursos naturales también se aprecian en la diversidad de paisajes y la riqueza de la fauna y la flora.

Por cierto, Madagascar posee el 2% de la biodiversidad mundial y el 85% de las especies endémicas, que no se encuentran en ningún otro lugar, como los lémures y ciertas especies de baobabs. Esto explica que el turismo sea una de las principales actividades económicas del país, con unos 300.000 visitantes al año, pero que el desarrollo turístico no pueda desarrollar todo su potencial debido a la inseguridad, la corrupción y la pobreza.

Resultados

  • Madagascar es un país que no deja indiferente a nadie. Por un lado, la riqueza de sus paisajes y la increíble diversidad de su fauna y flora son fascinantes. Por otro lado, la inmensa pobreza de la población fuera de la capital puede resultar incómoda o difícil de soportar. Sin embargo, el viajero, que no se detiene ante las primeras impresiones, descubre a personas de gran amabilidad, que te reciben con los brazos abiertos y están dispuestas a compartirlo todo cuando no tienen prácticamente nada, y sobre todo que tienen una alegría de vivir impresionante. Esta misión exploratoria también puso de manifiesto que, a pesar de la desidia y el desinterés de los gobiernos, se están desarrollando muchas iniciativas para que la población pueda sobrevivir tras las catástrofes naturales o tenga acceso a un mínimo de educación y atención sanitaria. Por un lado, las comunidades de las zonas rurales y remotas intentan crear, en colaboración con las organizaciones locales, pequeñas estructuras para acoger a los viajeros, lo que les permite obtener unos ingresos complementarios. Por otro lado, asociaciones o particulares están creando instalaciones turísticas más cómodas, parte de cuyos beneficios se destinan a ayudar a la población. Pero la situación sigue siendo frágil y, al menor problema, las comunidades pueden encontrarse rápidamente en una situación de extrema pobreza.

 

  • 18 alojamientos / 86 experiencias

 

  • Nuevas asociaciones con: organizaciones malgaches (asociaciones y agencias locales): MAHAY Expeditions, MATOR (Madagascar Tourisme Rural), BEL AVENIR, ANTSO RE (Association Nationale de Tourisme Solidaire et Responsable) y la organización francesa TETRAKTYS.

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